Donald Trump ha dejado abierta la posibilidad de que Estados Unidos entre en recesión debido a su agresiva política arancelaria.
Tras imponer y luego suspender temporalmente un arancel del 25% sobre las importaciones de México y Canadá, el mandatario ha confirmado que su estrategia de tarifas “recíprocas” se activará el 2 de abril.
Trump no descarta una recesión en EE.UU. mientras insiste en que su política traerá riqueza al país, a pesar de las advertencias de la Reserva Federal de Atlanta sobre una posible contracción económica en el primer trimestre de 2025.
Los mercados financieros han reaccionado con nerviosismo a la incertidumbre generada por estos aranceles, con oscilaciones significativas en Wall Street durante la última semana.
Trump no descarta una recesión en Estados Unidos aunque minimiza los riesgos, asegurando que el impacto de sus medidas es parte de una transición necesaria para fortalecer la economía.
Sin embargo, analistas y empresarios han expresado su preocupación por el encarecimiento de productos y la falta de estabilidad en el comercio internacional.
En su entrevista con Fox News, Trump defendió su política comercial afirmando que los globalistas han estado “estafando” a Estados Unidos durante años.
Bajo su visión, la imposición de aranceles tiene como objetivo equilibrar las condiciones del mercado y beneficiar a la producción nacional.
Trump no descarta una recesión en EE.UU. pero insiste en que su estrategia es una corrección económica que tomará tiempo en mostrar sus beneficios. A pesar de ello, la incertidumbre sobre el impacto en la inversión y el consumo sigue latente.
El gobierno estadounidense ha seguido adelante con su agenda proteccionista al imponer aranceles sobre el acero y el aluminio, medida que entrará en vigor el miércoles.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, también ha confirmado que los aranceles sobre productos lácteos y madera de Canadá se implementarán en abril.
Trump no descarta una recesión en EE.UU. mientras sigue adelante con su estrategia comercial, enfrentando críticas por el posible efecto negativo en la economía.
El principal punto de controversia radica en el aumento de costos para las empresas y los consumidores. Si bien Trump ha argumentado que los productos estadounidenses serán más baratos y competitivos en el mercado interno, expertos advierten que la inflación podría aumentar y ralentizar el crecimiento.
Las decisiones de inversión de muchas compañías dependen de la estabilidad económica, y la volatilidad generada por estas políticas arancelarias podría afectar la creación de empleo y la expansión de sectores clave.
El contexto global también juega un papel fundamental en la efectividad de esta estrategia. China sigue siendo el principal blanco de los aranceles de Trump, lo que ha elevado las tensiones comerciales con Pekín y podría desencadenar represalias que afecten aún más a la economía estadounidense.