El robo de combustibles, conocido como “huachicol” representa un desafío significativo para Petróleos Mexicanos (Pemex), con el diésel posicionándose como el hidrocarburo más afectado por este delito.

Fue el pasado mes de marzo cuando las autoridades mexicanas dieron a conocer un caso de huachicol fiscal en Tampico, revelándose hasta la actualidad diversos detalles del delito, como personas involucradas y sus cargos, entre otros.

De acuerdo con la información presentada por diversas autoridades, el grupo utilizaba empresas fachada, documentos falsos y contactos en distintas instituciones para trasladar y comercializar combustible robado en grandes volúmenes, red de huachicol que para ser llevada a cabo debía entregar diversas cantidades de soborno.

¿Cómo se realizaban los sobornos?

De acuerdo a información de “El sol de Tampico”, el dinero para los involucrados en la red de huachicol fiscal del Puerto de Tampico, era entregado en sobres amarillos o en cajas de perfumes.

“Les mandaban hablar por separado y se los entregaban en un sobre de color amarillo y en ocasiones se los entregaban en cajas de perfume”, refiere el documento de las órdenes de aprehensión, de acuerdo al medio de comunicación anteriormente mencionado.

Los recursos presuntamente iban de los 40 a los 300 mil pesos por barco ingresado, lo que no correspondía a la totalidad de lo enviado, ya que una parte quedaba “en fondo” para eventualidades.

Al subdirector de Operaciones le mandaban 200 mil pesos, de los que entregaba 100 mil; al subdirector de Vigilancia y Control, al jefe de Recintos y al jefe de Operaciones les mandaba 125 mil, pero solo entregaba 50 mil. En rangos menores como dos verificadores le entregaba 40 mil de los 100 mil enviados.

Al directivo, que hoy funge como testigo protegido, se le entregaban 300 mil pesos, que asegura guardó y entregó a las autoridades, así como los 250 mil pesos que presuntamente enviaban a la Unidad Naval de Protección Portuaria (Unaprop); 125 mil del jefe de módulos y 100 mil del modulador, e igual cantidad de los OCE —sin precisar qué cargo es—.

“Mandaban dinero para 12 personas y lo repartía solo a seis personas y conmigo siete, las cantidades que acabo de señalar; el resto del dinero me lo llevé a mi alojamiento en el búnker, ahí guardaba el dinero para cualquier eventualidad, mismo que quería entregar a las autoridades competentes como un atenuante y proporcionarles información”, sostuvo el testigo protegido.

De acuerdo con la fuente protegida, las cantidades provenían en su mayoría de Houston Texas.