En fechas recientes ocurrió un suceso poco habitual en las costas veracruzanas: el emblemático restaurante flotante “El Atracadero”, que originalmente operaba en el río de Tuxpan, al norte de Veracruz y fue arrastrado por la corriente hasta las orillas de Coatzacoalcos, lo que generó asombro y curiosidad.
Aunque el Atracadero ya no era un restaurante activo, quedó en el lugar hasta que la naturaleza intervino el pasado 10 de octubre de 2025, cuando lluvias intensas y el desbordamiento del río en Tuxpan provocaron que la estructura de El Atracadero se soltara de su base en el malecón.

Luego de encallar en las playas de Coatzacoalcos, se volvió un “atractivo” que aglomeró a una gran cantidad de personas durante los días que estuvo sin supervisión ni seguridad, en el que incluso algunos se atrevieron a subirse, mismos que resultaron con cortaduras.
Todo un proceso desmantelarlo
Luego de permanecer siete días arrastrado por la corriente y tras su llegada a Coatzacoalcos, “El Atracadero” comenzó a ser desmantelado para ser llevado a su lugar de origen, Tuxpan.
Fue el martes cuando acudió una cuadrilla de trabajadores, procedentes de Tuxpan y comenzaron con las labores de desmantelamiento, trabajos que durarían más de una semana, ya que pretenden llevarse la estructura en partes.
El equipo de rescate, compuesto por cinco experimentados especialistas de la empresa propietaria del restaurante, ha tomado las primeras precauciones: Colocaron una lona de seguridad a pocos metros del sitio donde la imponente estructura reposa sobre la arena, haciendo un llamado a la población para que mantenga una distancia prudente y permita el desarrollo seguro de las operaciones.

Los trabajadores detallaron que las maniobras se centrarán en aligerar la estructura del “Atracadero”, retirando elementos que le añaden peso. Posteriormente, aprovecharán los movimientos naturales del mar, las mareas y el oleaje, para lograr desprenderla del lecho costero donde ha permanecido varada.
Cabe mencionar que el restaurante emblemático de Tuxpan, se dividió en dos módulos tras el desborde del río: la primera parte fue avistada por pescadores y, posteriormente, amarrada y trasladada a las instalaciones de la naviera Los Pinolillos, en Alvarado, y la segunda parte fue la que apareció en Coatzacoalcos.
