Al estar próxima la temporada decembrina, se vuelve común observar a menores de edad en calles y cruceros de Coatzacoalcos pidiendo limosna, vendiendo dulces o realizando malabares. La mayoría proviene del estado de Chiapas, así como de países centroamericanos, quienes suelen estar acompañados por adultos que permanecen a distancia vigilando sus movimientos.
De acuerdo con testimonios ciudadanos, estos grupos podrían estar relacionados con prácticas de explotación infantil, aunque hasta el momento ninguna autoridad ha confirmado la existencia de una red organizada dedicada a esta actividad en la región.
Durante estas fechas, con la cercanía de las celebraciones de fin de año, el “espíritu navideño” impulsa a muchas personas a apoyarlos económicamente, ya sea comprando sus productos o entregando monedas, lo que incrementa su presencia en puntos de alta circulación vehicular y peatonal.
Pese a la buena intención de la ciudadanía, esta dinámica puede exponer a los menores a riesgos y fomentar la permanencia de estas prácticas. Por ello, se insiste en reforzar los operativos y programas de protección infantil para verificar las condiciones en que los menores son trasladados y las actividades que realizan.


