El edificio que albergó por más de una década a la Asociación Civil “Casa de Amor” para niños con cáncer, ubicada en la avenida Lerdo número 207, en el centro de Coatzacoalcos, se encuentra actualmente en evidente estado de abandono.
Aunque su última publicación en redes sociales data del 23 de septiembre pasado, cuando promovía la campaña “Alimentos con Esperanza”, el inmueble hoy luce deteriorado y sin actividad aparente.
Durante varias visitas al lugar, se constató que nadie responde al llamado en la puerta, mientras que la fachada muestra claros signos de descuido, con paredes dañadas, pintura desgastada y ventanas sin protección.
Las cortinas que aún permanecen en el sitio apenas se sostienen, lo que refuerza la impresión de que el inmueble ha sido dejado a su suerte desde hace tiempo.
LOS ORÍGENES DE LA ASOCIACIÓN
De acuerdo con datos obtenidos, la asociación civil fue fundada en 2009 por la activista Gloria Santos Navarro, con el propósito de brindar hospedaje y apoyo a niños con cáncer y a sus familias durante sus tratamientos médicos.
En un inicio, la labor comenzó en una vivienda rentada en la calle Pedro Moreno casi esquina con Lázaro Cárdenas, donde se atendieron los primeros casos.

Posteriormente, en marzo de 2013, gracias a un comodato otorgado por Petróleos Mexicanos (Pemex), la asociación se trasladó a la casa ubicada en Lerdo 207.
El inmueble, que en ese momento se encontraba en malas condiciones, fue rehabilitado para adaptarlo como albergue y espacio de atención, firmándose un convenio de uso por cinco años, el cual debía renovarse periódicamente.
¿Y EL CONVENIO CON PEMEX?
Sin embargo, todo indica que dicho convenio con Pemex no ha sido actualizado, lo que podría explicar el estado actual del inmueble y la falta de operaciones del albergue.
Esta situación ha generado incertidumbre entre las familias que anteriormente encontraban en la “Casa de Amor” un apoyo esencial durante los procesos de tratamiento oncológico.
La asociación ha tenido tres presidentas a lo largo de su historia: Gloria Santos Navarro, Sara de Márquez y Arleth Gálvez. En 2022, Santos Navarro regresó brevemente como presidenta interina durante ocho meses, en un intento por rescatar las instalaciones, que habían sido objeto de robos en más de tres ocasiones.
Desde el cambio de administración, la “Casa de Amor” ha permanecido sin actividad visible y sin ofrecer los servicios que durante años fueron un alivio para quienes enfrentan el cáncer infantil.
El abandono del edificio simboliza también la pausa de una labor solidaria que marcó la diferencia en la vida de muchas familias del sur de Veracruz.