El riesgo aumenta en hogares donde se calienta agua para la higiene personal

Ante el inicio de la temporada vacacional en donde los pequeños están en casa, el doctor Alfredo Phinder Villalón, integrante de la fundación “Te Queremos Ayudar para Niños Quemados“, exhortó a los padres a prevenir riesgos principalmente en el área de cocina y en el manejo de la pirotecnia.

Y es que en el periodo vacacional, es cuando se dispara el riesgo de quemaduras graves en la población infantil.

Señaló que uno de los escenarios más comunes de accidentes es la cocina, donde los niños pequeños pueden ser víctimas de quemaduras graves con líquidos calientes.

El riesgo aumenta en hogares donde se calienta agua para la higiene personal

“Las personas que no tienen calentadores de agua, calientan agua para poderse bañar en estas épocas y resulta que el niño se cae al balde del agua hirviendo“, dijo.

También ocurre cuando los menores están cerca de la madre mientras cocina. Por ello, la recomendación es clara.

“La recomendación es que tengan mucho cuidado con los niños en la cocina. La cocina no es para niños”, abundó.

El especialista recordó que la cocina alberga múltiples riesgos, como la electricidad y objetos punzocortantes, además de las fuentes de calor.

COHETES: UN RIESGO CON SECUELAS PERMANENTES

El doctor Phinder lamentó las consecuencias devastadoras que observa en el hospital debido a que los cohetes y explosivos actuales son mucho más potentes que los utilizados en el pasado.

“A nosotros nos toca en la parte del hospital el ver las manos destrozadas de chicos”, subrayó.

El médico advirtió que la pirotecnia moderna, como las “bombas”, a menudo tienen la mecha muy corta, impidiendo que dé tiempo a los niños de arrojarlas lejos.

Incluso los artefactos que parecen inofensivos, como las luces de Bengala, representan un peligro.

Un niño inexperto puede sufrir quemaduras al tomar la varilla por la parte que acaba de encenderse.

“Aquí hay que cuidar mucho esto de los cohetes, y por muy inofensivo, son peligrosos para los niños, hasta las luces de Bengala. El niño que no sabe, la toma… y se quema la mano”, remarcó.

Por último hizo hincapié en la gravedad de las lesiones que atiende su fundación, “las secuelas que quedan son impresionantes“.