Contraesquina Política.
Por: Fernando Martinez Plascencia.
Coatzacoalcos Ver, a 3 de febrero del 2025.
Ambiciosos vulgares, durante los tres años de gobierno qué lleva el inútil de Amado Cruz Malpica, alcalde de Coatzacoalcos, no descansaron en sus ansias de saquear los recursos económicos de las arcas de la tesorería municipal, el abandono y la destrucción de la ciudad tiene nombres y apellidos.
Sus nombres pasan por varias oficinas de la estructura municipal, sin que la primera autoridad, es decir, el alcalde, haga algo debido a las complicidades que existen entre ellos, y tanto que criticaron de los gobiernos prianistas para terminar siendo peores.
La reciente renuncia de Grace Mendoza Chesty, tesorera del ayuntamiento, no fue cosa fortuita ni de la casualidad, se cocinó desde una importante oficina de Seguridad donde la hoy ex funcionaria se recargó a llorar en los hombros del funcionario cercano a la gobernadora Rocío Nahle, lamentándose de la terrible situación que estaba viviendo con un par de sinvergüenzas que llevan por nombre Samuel Ordaz y Ricardo Ordoñez Malpica,
El primero ex secretario del ayuntamiento, fue despedido por Rocío Nahle antes de ser gobernadora debido a su enorme e insaciable voracidad por los recursos económicos, dueño, hasta donde se sabe de un portal de noticias-aunque podrían haber más-con el que factura cientos de miles de pesos de forma mensual, desde luego con la complacerme de la titular de comunicación, Mayte Morales, quien está convertida en una extensión del saqueo en esta red de corrupción que encabeza Samuel Ordaz.
La “jefa” de comunicación, quien le debe el cargo a este voraz sujeto, a pesar de saber que este portal-punto new- no tiene rating y es de reciente creación, autoriza, desde luego con el visto bueno de Amado Cruz, pagos de más de 100 mil pesos mensuales a este sinvergüenza ex funcionario, quien al parecer le conoce mucha suciedad al alcalde como para este se mantenga callado.
El otro sinvergüenza es Ricardo Ordoñez Malpica, quien ostenta el cargo de secretario del ayuntamiento y a la vez es su secretario particular, cargo del que es inamovible por aquello de que es buen catador de flatulencias, este sujeto, sin oficio ni beneficio, es otro ambicioso vulgar, sin moral y sin principios que constantemente exige-se lo dijo Grace a varios ediles de quienes nos reservamos sus nombres-fuertes sumas de dinero a la tesorería por el simple hecho de ser primo del alcalde.
Tanto va el cántaro al pozo qué terminó de romperse y la ex tesorera explotó en contra de este par de sinvergüenzas, y en contra de Amado Cruz Malpica por obligarla a realizar pagos indebidos por obras no concluidas, y en sus propias palabras dijo delante de regidores qué, “estaba hasta la madre de estos cabrones, cansada de sus abusos”, y que mejor prefería irse antes de ser ella quien pague las consecuencias de este tipo de raterias y desorden financiero qué ha provocado esta fauna de las cañerías de la corrupción, sin embargo, hoy se prepara una denuncia en contra de Grace Mendoza.
Ante lo que estaba padeciendo, la ex tesorera habló con uno de los hombres de más confianza de la gobernadora, y Rocío Nahle a los pocos días autorizó su salida, con la promesa de sumarla a su gabinete, cosa que dentro de poco sucederá.
Ahora le toca el turno a Angel González Hernández, ex director de ingresos, protegido del ex subprocurador de Justicia, Jorge Yunis, compadre de Amado Cruz Malpica, tapar lo mejor que se pueda el tamal de la corrupción, repartir el atole de que todo está bien, y “enderezar” el rumbo de las finanzas que, como ya dijo la síndica, Ana Bertha Hernández Aguilar, hay muchas irregularidades, pagos y desvíos de recursos económicos con muchas empresas de obra pública que no corresponde a lo real en cuanto a su avance físico, es decir, el carga maletas de Yunis tiene la obligación de tapar el hueco qué las ratas le ha hecho a la tesorería.
El problema es que no vaya a resultar peor el remedio que la enfermedad, y este sujeto salga más ratón qué los otros dos y se lleve hasta la engrapadora y los clips. Al tiempo.
