La resaca del 15N sigue retumbando en Palacio Nacional y en el gobierno capitalino. La primera gran protesta contra el gobierno de Claudia Sheinbaum dejó una estela de dudas, reclamos y preocupación tanto a nivel federal como local. Entre la pérdida momentánea del discurso y de las calles, en Morena ya comenzaron a plantearse escenarios para el 2027 y el 2030.
Y no es para menos: la capital ha sido históricamente el bastión emocional, político y electoral de la izquierda, un territorio gobernado por ese bloque durante 27 años consecutivos, desde 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó la primera elección democrática para jefe de Gobierno. Desde entonces, la CDMX ha sido la plataforma que catapultó a Andrés Manuel López Obrador y, más tarde, a Claudia Sheinbaum a la Presidencia de la República. Perder su estabilidad, o peor, su control político, no es opción para la llamada Cuarta Transformación.
Sin embargo, a un año de haber asumido el cargo, Clara Brugada ya comienza a mostrar un gran desgaste. Lo que más inquieta en su entorno es que ese deterioro no proviene únicamente de errores propios o de fallas operativas, sino de un fuego amigo que se expande entre los grupos más radicales del obradorismo. Los mismos que la impulsaron en su momento (Martí Batres, César Cravioto, Jesús Ramírez, quienes descarrilaron la llegada de Omar García Harfuch, a pesar de haber arrasado en la encuesta interna de Morena), hoy parecen empeñados en dinamitar también a Brugada y a todo lo que huela a la administración anterior.
En el Palacio del Ayuntamiento y en Palacio Nacional se habla de una estrategia para arrinconar políticamente a quienes representan el “ala pragmática” del movimiento, encabezada por Harfuch y continuada en la Secretaría de Seguridad con Pablo Vázquez, uno de los funcionarios más atacados tras las marchas del 15N. Las críticas se multiplican y se amplifican desde dentro del propio obradorismo. Hay grupos que se sienten dueños de la narrativa, del control territorial y de la operación política en la ciudad. Grupos que se asumen determinantes de la sucesión y del rumbo que debe tomar el gobierno.
La tensión no sólo se explica por las protestas recientes. La CDMX será el principal termómetro electoral de la 4T en las elecciones intermedias de 2027, un escenario que ya preocupa a la dirigencia nacional y a Sheinbaum. El recuerdo de 2021, cuando Morena perdió la mitad de la ciudad en las elecciones de medio término del sexenio de López Obrador, sigue vivo. Aquella fractura expuso la vulnerabilidad del movimiento en su bastión principal. Hoy, las señales de alerta son similares y en ciertos casos más intensas porque convergen desgaste gubernamental, fracturas internas y una creciente desconexión con jóvenes inconformes, como lo evidenciaron las manifestaciones y disturbios del 15N.
Hay un elemento adicional. Se trata de la batalla silenciosa, y muy adelantada, por la candidatura de 2030 entre Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán. La presidenta de Morena, quien controla la estructura formal del partido, busca gobernar la ciudad, aunque es un plan que no planea anunciar pronto; mientras que “Andy”, secretario de Organización y operador del aparato territorial que moviliza a la base más leal al obradorismo, pretende seguir los pasos de su padre en la capital, de donde se asume originario. Ambos miran a la CDMX como escenario clave para mostrar su fuerza y capacidad de operación.
Por eso, lo que ocurrió el 15N no se reduce a enfrentamientos aislados ni a un problema de contención policial. Fue una señal de fractura interna o división del oficialismo. Fue también un recordatorio de que la gobernabilidad de la ciudad ya no es un activo automático para la 4T. Hoy, la CDMX se ha convertido en el eslabón más débil.
Clara Brugada enfrenta el doble reto de reconstruir una legitimidad dañada por las protestas sociales y algunas pifias de su gobierno, y contener a un grupo interno que parece más interesado en disputar el rumbo de la capital que en sostener su gobierno. ¿La presidenta Sheinbaum aparecerá pronto en esa escena para dar un golpe en la mesa?
En Morena ya tienen identificado a su principal objetivo rumbo a 2027. Se trata de la panista Alessandra Rojo de la Vega. La consideran la figura opositora con mayor proyección en la capital y la única capaz de construir una candidatura competitiva a la Jefatura de Gobierno si logra reelegirse como alcaldesa.
Se habla de que la primera estrategia es descarrilar su reelección en 2027. Para los operadores de Morena en la CDMX, permitir que Rojo de la Vega consolide un segundo trienio significaría darle tiempo, estructura territorial y visibilidad suficiente para perfilarse como la aspirante más fuerte de la oposición hacia el próximo relevo en la capital.
El cálculo político es que si no la frenan ahora, llegará a 2030 con posibilidades reales de disputar la ciudad, más si en 2027 se pierden muchas alcaldías como sucedió en 2021.
El magnate mexicano Fernando Chico Pardo volvió a abrir la cartera, esta vez para fortalecer su principal negocio, Asur. El grupo aeroportuario anunció la compra de CPC Holding por 2 mil 600 millones de dólares, lo que le dará entrada simultánea a Brasil, Ecuador, Costa Rica y Curazao.
La adquisición incorpora 20 aeropuertos a su red, en una apuesta que reposiciona a Asur como jugador regional de gran escala. La operación se financiará con recursos propios y deuda comprometida con JPMorgan, y se prevé cerrar en el primer semestre de 2026, sujeto a autorizaciones regulatorias.
El movimiento llega apenas semanas después de que Chico Pardo acordara quedarse con el 25% de Banamex, convirtiéndose en su socio clave y en el accionista individual más relevante del banco. Esa compra, valuada en unos 2 mil 300 millones de dólares, reconfigurará el sector financiero y envía una señal clara del músculo y la ambición del empresario de 72 años. Estos dos movimientos de alto calibre consolidan a Chico Pardo como uno de los money makers más influyentes del país.
La internacionalización de Asur amplía su margen de maniobra ante un entorno aéreo complejo y cada vez más regulado. Con esta compra, el operador de los aeropuertos de Cancún y el sureste mexicano se coloca en una ruta de crecimiento que trasciende al mercado local, como ya lo ha hecho con otros de sus negocios.
Este martes se firmó la renovación del Paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC) en Palacio Nacional, con la presencia de la presidenta Claudia Sheinbaum, el presidente del CCE, Francisco Cervantes, el secretario de Hacienda, Edgar Amador, el titular de Economía, Marcelo Ebrard, entre otros funcionarios, acordaron mantener en 910 pesos el precio tope para una canasta de 24 productos esenciales durante los próximos seis meses.
Este mecanismo, fruto de un pacto público-privado en el que participan unas 20 empresas productoras y 12 cadenas de autoservicio, busca contener la inflación en los alimentos al mismo tiempo que se impulsa el aumento real del salario mínimo. Sheinbaum lo calificó de “muy importante” para el bienestar de las familias mexicanas, y el sector empresarial lo presentó como una muestra de “voluntad y diálogo” para estabilizar los precios.
No obstante, aunque el acuerdo marque un precio fijo para la canasta, su sostenibilidad dependerá de que se mantenga la productividad nacional, se contenga la presión inflacionaria de materias primas y energía, y se garantice que esa contención de precios no se logre a costa de la inversión o la distribución.
Acapulco se encuentra listo para la temporada vacacional de fin de año, con más de 16 mil 200 habitaciones de hoteles, superando la proyección de recuperación de hospedaje después de dos huracanes. En 2024 se contaba con 11 mil 999 habitaciones y ahora resultado del esfuerzo de hoteleros, inversionistas y el gobierno de Evelyn Salgado, la oferta hotelera del puerto se ha recuperado casi en su totalidad.
Además, Acapulco se prepara para albergar una amplia oferta de eventos durante el último bimestre del año, con eventos como el Acapulco Airshow 2025 que se realizará del 21 al 23 de noviembre; y del 19 al 22 de noviembre será sede de la XXXVI Convención Internacional de Minería, fortaleciendo el turismo de reuniones. Mientras que en materia deportiva, Acapulco recibirá a miles de visitantes por el desarrollo del torneo GNP México Major Premier Padel, el cual se llevará a cabo del 24 al 30 de noviembre.

