A pesar de lo evidente en la vida cotidiana, en México son muchos los ciudadanos idiotas que siguen negando que ya vivimos en dictadura.

Una dictadura que hoy –a casi ocho años de la llegada de Morena al poder presidencial–, nos ha arrebatado no solo libertades fundamentales, sino instituciones garantes de la democracia, como el INE, el Tribunal Electoral y la división de poderes, además de derechos humanos básicos.

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En pocas palabras, está a la vista de todos que México ya es una dictadura, pero son muchos quienes se niegan a ver, a escuchar y a entender el grave peligro en el que nos encontramos como sociedad.

Por eso, empezamos con las definiciones de dictadura democracia, para luego enumerar las pruebas de que en México la dictadura fue impuesta por López Obrador cuando llegó al poder, paradójicamente gracias a que, en 2018 habíamos alcanzado los mayores estándares democráticos de la historia.

Dicho de otro modo, resulta que Obrador fue un jugador fundamental para impulsar la democracia, como vía de acceso al poder y luego se convirtió en el mayor verdugo de esa misma democracia que le dio acceso a Palacio.

Pero lo primero es lo primero.

Una dictadura significa un sistema de gobierno autocrático en donde por la vía legal, por la fuerza o mediante la violencia, el poder se concentra en un solo líder, grupo, partido u organización que actúan sin restricción alguna, sin tolerancia y que cancelan no solo libertades fundamentales sino la pluralidad, la oposición, la presa libre y crítica, pero en especial, los derechos humanos.

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Según Norberto Bobbio, los elementos clave que componen el totalitarismo son, el partido único, una ideología oficial, una economía centralizada, la cancelación de libertades como la de expresión y el terror omnipresente, que reprime a opositores y controla las conductas humanas. 

A su vez, la democracia es un sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo y para el pueblo, quien la ejerce directamente o mediante representantes electos en procesos libres, transparentes y equitativos. Por eso, algunos autores definen la democracia como el reino de las libertades.

Lo cierto es que a la llegada de Morena al poder –con Obrador y con Claudia Sheinbaum la cabeza–, empezó el declive de la democracia y de sus libertades.

Así se construyó la dictadura en México.

1.- La de expresión fue la primera libertad perseguida en el gobierno de AMLO y los primeros sometidos fueron los críticos y los medios. El primer perseguido fue el autor de Itinerario Político, por cuya cabeza Morena pagó 12 millones de pesos para impulsar un montaje de alcances mundiales.

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Luego fueron cayendo uno a uno los medios electrónicos –prensa, radio, televisión y digitales–, y luego articulistas, columnistas e intelectuales, al extremo de que hoy la libertad de expresión sólo existe en las plataformas independientes y en algunos partidos opositores, que también son perseguidas.

2.- La propaganda es el sustituto de la libertad de expresión. Sí, a la par de que medios, periodistas y críticos son sometidos, el gobierno despliega su propaganda diaria a través de las llamadas “mañaneras”, que no son más que un compendio de mentiras que justifican todo tipo de atrocidades cometidas por el poder dictatorial; atrocidades que nadie o casi nadie en la prensa, en la televisión o la radio aclaran.

3.- Luego sigue la verdad oficial; ese engaño tejido desde Palacio que le sirve al partido oficial, a la presidenta y a sus corifeos para justificar todo lo injustificable, como el cobro de más impuestos; como la marea de rateros y corruptos de Morena y hasta el uso de la inteligencia artificial para mostrar a la presidenta literalmente levitando en medio del lodo.

4.- Le sigue el uso del terror como forma de control social. ¿Por qué nadie en el gobierno federal y en los estatales y municipales de Morena persigue a los grupos criminales? ¿Por qué atentados como el de lanzado contra Ciro Gómez Leyva? ¿Por qué crímenes como el de un reputado abogado frente al Poder Judicial de la CDMX? ¿Por qué más de 250 mil muertes violentas, más de 100 mil desaparecidos; miles de jóvenes perdidos y miles de feminicidios?

Porque el terror es no solo la mejor forma de control social, sino una advertencia permanente de que la dualidad entre el poder criminal y el poder dictatorial son invencibles. Por eso a alianza de Morena, de sus políticos y sus gobiernos con los cárteles criminales.

5.- Junto al terror viene el desamparo social. Y es que la dictadura de Morena nos muestra, a diario, que la sociedad mexicana está desamparada y que más vale se aliado de Morena que su enemigo.

6.- La corrupción ha jugado y seguirá jugando un papel fundamental en el control dictatorial de Morena y de sus gobiernos. Basta ver la forma en que se han corrompido instituciones otrora respetables como Semar, Sedena y muchas otras.

López Obrador es uno de los grandes corruptos de la historia y, por eso, ha corrompido todo lo que toca, porque sabe que el poder de la corrupción es uno de los lazos más fuertes de toda dictadura.

Por eso, “la presidenta” ahora va por la corrupción social, sea con la dádiva y mediante iniciativas como la de castigar “la infidelidad” con el despojo de los bienes de los supuestos infieles.

7.- Las elecciones libres, transparentes y confiables son un pilar de la democracia. Por eso, López Obrador sobornó y sometió al INE, al Tribunal Electoral y por eso acabó con órganos autónomos capaces de defender derechos y libertades ciudadanas.

8.- La división de poderes, que consagraba la Constitución fue demolida por Obrador y por Sheinbaum, quienes hoy tienen control total no solo del Ejecutivo, sino del Legislativo y el Judicial.

9.- El nepotismo y la impunidad son armas también letales contra la democracia y se han convertido en uno de los principales estandartes de Morena y de sus gobiernos. Y es que si la familia presidencial se ha corrompido sin freno, todos en Morena creen tener el mismo derecho y todos saquean el país sin pudo y sin vergüenza, sabedores de su impunidad.

10.- Y la muerte de la figura del “amparo” jugará un papel crucial. Sólo basta entender que los ciudadanos estaremos en total indefensión frente a todos los abusos del poder.

Y es que, por ejemplo, con las más recientes reformas aprobadas por Morena, los mexicanos seremos espiados por el Estado en todas nuestras actividades, mientras que, por ejemplo, la Comisión Nacional de Energía podrá tomar el control de empresas de hidrocarburos, según la reforma al Reglamento de la Ley del Sector de Hidrocarburos.

Peor aún, apenas en días pasados, el partido oficial Morena, aprobó las reformas al Código Fiscal –artículo 30-B–, bautizada como Ley Espía, que vigilará en tiempo real todos los movimientos ciudadanos; tanto streaming como compras, cursos, apps de citas, lo que abre la puerta a la vigilancia masiva sin control judicial, igual que ocurre en Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Además de que entró en vigor el “Curp Biométrico”, que es otra herramienta del Estado represor diseñada para el espionaje de los ciudadanos, lo que cancela por completo los derechos humanos.

Por eso volvemos a la pregunta fundamental.

¿Qué debe pasar para que millones de mexicanos idiotas abran los ojos y reconozcan que vivimos en dictadura?

Al tiempo.