(PRIMERA PARTE)
El auge de las redes sociales tiene implicaciones para nuestros derechos fundamentales, quizá sobre todo para nuestra libertad de expresión.
No hay duda de que el derecho a la libertad de expresión sigue vigente en línea.
Pero existe un debate considerable y complejo sobre cómo regular esa esfera, especialmente las redes sociales.
El proceso de elaboración de la normativa, dónde se trazan las líneas, tendrá enormes implicaciones para nuestra libertad de expresión en las redes sociales.
¿Qué significa la libertad de expresión?
Libertad de expresión significa que tienes la libertad de expresarte de cualquier manera que no implique la privación de derechos de otras personas.
Puedes (y debes) sentir la libertad de poder criticar el trabajo que hacen los cargos electos.
No deberías sentir que puedes ensayar libremente con tu grupo de música hasta altas horas de la noche, porque eso podría suponer la privación del derecho a la intimidad de tus vecinos.
Y si se quejan del ruido, no puedes animar a la gente a destruir su propiedad o algo peor.
Pero hasta ese momento, eres libre de expresarte.
Por eso la libertad de expresión es tan importante para la democracia.
La democracia significa que todos los miembros de la sociedad toman decisiones colectivas sobre las leyes que organizan su vida y sobre quién las administra.
El libre intercambio de ideas, opiniones e información nos proporciona el conocimiento que necesitamos para tomar esas decisiones.
Por eso son precisamente la libertad de expresión y los órganos que la apoyan, además de los medios de comunicación libres y la sociedad civil, lo primero que suele desaparecer en regímenes autocráticos.
Y como no puede haber democracia sin libertad de expresión, tenemos que tener cuidado con cualquier acción que pueda limitarla.
Necesitamos voces independientes que puedan tomar decisiones sobre qué formas de expresión son legítimas y cuáles no.
Esto se extiende al mundo online, donde existe una lucha constante para tratar de lograr un equilibrio entre los derechos de los usuarios y los intereses de las empresas tecnológicas y los gobiernos.
¿Hasta qué punto existe libertad de expresión en las redes sociales y en Internet en general?
El grado de libertad de expresión en Internet varía de un país a otro.
En la UE, existen leyes que protegen la libertad de expresarse en línea.
En algunos casos, la facilidad de la misma ha permitido que se sobrepasaran los límites de la libertad de expresión: desde el ciberacoso o ciberamenazas al intercambio de contenidos extremistas o de pornografía infantil. Estas formas de “expresión” no están protegidas.
Pero en otros ámbitos, trazar la línea es más complicado.
La UE está tratando de ver cómo proteger los derechos de autor sin mermar el derecho de las personas a compartir contenidos legales.
¿Debemos encomendar una cuestión tan enorme y difícil a la inteligencia artificial?
Seguramente sí, pero la forma de hacerlo puede tener consecuencias importantes para la libertad de expresión.
No se pueden hacer concesiones con la libertad de expresión, ni ponerla en riesgo potencial.
Y así es como debe ser: Si nos equivocamos, que sea porque no se limitó lo suficiente nuestro derecho fundamental a la libertad de expresión, y no porque cedimos demasiado.
El papel que desempeñan las plataformas online en la determinación de la libertad de expresión.
Aunque utilicemos sus servicios para compartir nuestras ideas, el peligro de convertirlas en árbitros de lo que constituye o no libertad de expresión es evidente.
Tales decisiones deben tomarlas jueces independientes y, sobre todo no empresas cuyos intereses están guiados por la obtención de beneficios.
Continuará…