El arranque del último trimestre trajo ‘complicaciones’ para los restauranteros ubicados en la franja costera de Las Palmitas, donde la constante presencia de lluvias ha provocado una notoria disminución en la llegada de visitantes y, en consecuencia, un descenso en las ventas.


Durante las últimas semanas, el mal tiempo ha sido un factor determinante que mantiene prácticamente vacías las palapa situados frente al litoral.


Empresarios del sector gastronómico afirman que la falta de turistas ha reducido significativamente su actividad, justo cuando esperaban un ligero repunte después de la temporada vacacional de verano.


Pese a los esfuerzos por mantener el servicio activo, el clima inestable y el aumento del nivel del mar en ciertas zonas de la playa han limitado incluso las tareas de mantenimiento y limpieza, lo que afecta la imagen general del destino.


Algunos prestadores de servicio, indicaron que las lluvias no solo ahuyentan al turismo local, sino que también encarecen el costo de operación por la necesidad de resguardar mobiliario y alimentos.


El fenómeno no es nuevo, pero este año se ha prolongado más de lo habitual, afectando tanto a los pequeños comerciantes como a quienes dependen del flujo de visitantes para subsistir