La explosión en Iztapalapa que conmocionó a la Ciudad de México el 10 de septiembre de 2025 no fue provocada por la pipa de gas, sino por una nube de gas LP acumulado, según expertos de la UNAM. Esta revelación cambia por completo la narrativa sobre el trágico suceso.
¿Qué ocurrió en el Puente de la Concordia?
El accidente se registró alrededor de las 14:20 horas cuando una pipa de gas LP volcó y comenzó a liberar el combustible. Según el profesor Carlos Antonio Rius Alonso, de la UNAM, el gas escapó del tanque y, al mezclarse con el aire, generó una densa nube blanca que se dispersó rápidamente por la zona.
“De haber explotado, las consecuencias habrían sido aún más catastróficas”, aseguró el experto a ADN 40. Esta declaración enfatiza que, aunque la pipa no explotó, la situación representaba un riesgo extremo.
El accidente se registró alrededor de las 14:20 horas. / RS
Consecuencias y daños
La tragedia dejó un saldo de al menos 30 muertos y más de 90 heridos. La onda térmica afectó vehículos, estructuras y personas en un radio de hasta 180 metros, generando daños en edificios y autos cercanos al sitio del accidente.
La pipa transportaba 49,500 litros de gas LP y pertenecía a la empresa Gas Silza. Aunque contaba con sistemas de seguridad, factores como exceso de velocidad y una posible fisura en el tanque permitieron la fuga del gas. La Fiscalía capitalina continúa investigando estas posibles causas.
La onda térmica afectó vehículos, estructuras y personas en un radio de hasta 180 metros. / RS
Reacciones y medidas oficiales
La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, aseguró que no habrá impunidad y que se garantizará la reparación integral del daño a las víctimas. Además, se están implementando nuevas regulaciones para el transporte de materiales peligrosos en la capital.
Expertos en seguridad destacan que este accidente evidencia la necesidad de reforzar las medidas preventivas y garantizar que los sistemas de protección en pipas y transporte de gas sean supervisados y efectivos.
La tragedia en Iztapalapa no fue producto de una explosión convencional, sino de una nube inflamable de gas LP. Este hecho subraya la importancia de la seguridad en el transporte de materiales peligrosos y la urgencia de una mayor regulación y vigilancia en este sector para prevenir futuros accidentes.