En Coatzacoalcos, Veracruz, una familia vive estos días un dolor profundo tras la pérdida de su recién nacido. El bebé, originario de San Pedro Soteapan, había sido intervenido quirúrgicamente por gastrosquisis en el Hospital Regional IMSS-Bienestar “Valentín Gómez Farías”.


Según lo relatado por sus padres, la operación se realizó el 27 de noviembre de 2025, con la esperanza de corregir el defecto congénito.


Sin embargo, tras una breve mejoría, el pequeño —quien llevaba por nombre Ángel Iván— desarrolló complicaciones renales, un soplo en el corazón y problemas intestinales, lo que derivó en su fallecimiento a los 18 días de vida.

El caso, además de conmover a la comunidad, pone de nuevo en el foco público la condición médica de la gastrosquisis y los retos que representa para familias y sistemas de salud.

Qué es la gastrosquisis: un defecto abdominal al nacer

La gastrosquisis es un defecto congénito caracterizado por una abertura en la pared abdominal del feto, generalmente al lado del ombligo, que impide el cierre normal del vientre. A causa de ello, los intestinos —y en algunos casos otros órganos abdominales— sobresalen al exterior del cuerpo del bebé, sin estar protegidos por membrana alguna.


Durante el desarrollo embrionario, la pared abdominal no se forma correctamente, lo que ocasiona este orificio —aunque la causa exacta frecuentemente se desconoce.


Esta condición suele detectarse mediante ecografías prenatales, lo que permite identificar a tiempo la anomalía y planear el nacimiento en un centro con atención especializada.

Síntomas y riesgos asociados

Al nacer, la gastrosquisis es evidente: los intestinos están fuera del cuerpo del recién nacido. A simple vista, se puede observar la extrusión de entrañas a través del orificio abdominal.


Esta exposición directa al líquido amniótico durante el embarazo provoca inflamación, irritación y posibles daños en el tejido intestinal.


Después del nacimiento, los bebés con gastrosquisis pueden enfrentar complicaciones como deshidratación, pérdida de calor, hipotermia, problemas para alimentarse, digestión deficiente, infecciones, dificultades para absorber nutrientes, y en casos graves, necrosis o atresia intestinal.


El pronóstico depende en buena medida de la extensión del defecto, del estado de los órganos expuestos, y del cuidado médico que reciba el recién nacido.

Tratamiento: la cirugía como prioridad

El tratamiento de la gastrosquisis requiere una intervención quirúrgica poco después del nacimiento. El objetivo: reubicar los órganos abdominales dentro del abdomen del bebé y cerrar el orificio en la pared abdominal.


Si la condición es leve (gastrosquisis “simple”), la cirugía —conocida como “reparación primaria”— puede realizarse de inmediato.


En casos más complejos, cuando hay inflamación, riesgo de necrosis, intestinos irregulares o salida de varios órganos, el tratamiento puede requerir varias etapas, usando materiales especiales para cubrir los órganos expuestos antes de reubicarlos gradualmente.


Además de la cirugía, los recién nacidos suelen necesitar cuidados intensivos: nutrición intravenosa, antibióticos para prevenir infecciones, control de temperatura corporal y monitoreo cuidadoso de su digestión y crecimiento.

El caso de Coatzacoalcos: un reflejo de los desafíos del sistema

El trágico desenlace del bebé que nació con gastrosquisis en San Pedro Soteapan y fue intervenido en Coatzacoalcos evidencia los retos clínicos y humanos que conlleva esta condición. A pesar de la operación, las complicaciones renales, cardíacas e intestinales resultaron irreversibles.


Este caso llama la atención sobre la necesidad de servicios especializados de neonatología, cirugía pediátrica y cuidados postoperatorios, sobre todo en hospitales públicos de zonas vulnerables. También subraya la importancia de la detección prenatal, el acompañamiento médico y social a las familias que enfrentan esta realidad.


La gastrosquisis es una malformación congénita grave que requiere diagnóstico oportuno, atención médica especializada y un tratamiento inmediato tras el nacimiento. Aunque muchos bebés logran superar la cirugía con éxito, otros enfrentan complicaciones severas que pueden poner en riesgo su vida.


El reciente caso registrado en Coatzacoalcos recuerda lo frágil que es este comienzo de vida cuando falla el sistema de salud o las complicaciones médicas se agravan. Al informar sobre estos casos, es vital también exigir condiciones de atención dignas y apoyo real a las familias que atraviesan este dolor.