Regalar flores amarillas este domingo 21 de septiembre, fecha en que el hemisferio sur celebra la llegada de la primavera, se ha convertido en una tradición que ilumina plazas y calles con un aire festivo.

Aunque en México la costumbre floreció el 21 de marzo y el calendario ahora anuncia el arribo del otoño, muchos enamorados mantienen vivo el gesto con ramos de girasoles, tulipanes, rosas o margaritas.

En Coatzacoalcos, esta práctica ha comenzado a generar movimiento en el comercio local, sobre todo en las florerías, que aprovechan la fecha como una oportunidad para repuntar sus ventas.

Foto en Coatzacoalcos

Los principales compradores son jóvenes que eligen sorprender a sus parejas con estas flores, que ya son símbolo de alegría y afecto.

Cecilio Manuel, encargado de una florería ubicada en Pedro Moreno y Revolución, señaló que la demanda crece de forma considerable en torno a estas fechas.

“Es un buen de gente que busca regalos, obsequios, más que nada flores amarillas, la verdad es un golpe bueno para la economía, y en el ámbito de las flores, buscan más los girasoles, rosas, gerberas, tulipanes”, explicó.

El comerciante resaltó que este detalle, aunque aparentemente sencillo, tiene un peso significativo en la economía de los pequeños negocios locales.

Personalización de los ramos, un gran atractivo

La venta de flores amarillas se ha convertido en un fenómeno que cada año moviliza tanto a vendedores como a compradores.

“El 80 por ciento que viene a comprar las flores amarillas son jóvenes, la verdad no tenemos un número exacto de los ramos que vienen a buscar, son muchos, los vamos armando al momento, dependiendo como los quieran”, comentó.

La personalización de los ramos es otro de los atractivos de esta temporada, ya que cada cliente solicita diseños diferentes, lo que da dinamismo al trabajo en las florerías.

Esto ha convertido a la jornada en un día especial para quienes se dedican a la venta de flores, pues combina tradición, romanticismo y oportunidad económica.

Aunque en México no coincide con la llegada de la primavera, la fecha ha ganado adeptos gracias a su carga simbólica y a la popularidad en redes sociales.

En Coatzacoalcos, como en muchas ciudades del país, las flores amarillas se transforman en pequeños soles que iluminan las manos y los corazones, incluso cuando la estación marca la entrada del otoño.