A 224 días de que el país se convierta en el centro de atención global como sede inaugural de la Copa del Mundo 2026, lo que debería ser una fiesta y una planeación casi perfecta se está transformando en un coctel de riesgos. La Ciudad de México, el corazón económico y logístico del evento internacional, es la más expuesta a un desastre operativo.
El más reciente golpe vino esta semana desde Estados Unidos. El Departamento de Transporte(DOT) anunció la revocación de 13 rutas aéreas que conectaban a aerolíneas mexicanas como Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobus con ciudades estadounidenses. La medida también congela la expansión de nuevos vuelos hacia Estados Unidos desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y limita al saturado Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
El DOT acusa a México de incurrir en medidas anticompetitivas al reordenar el espacio aéreo, obligar el traslado de operaciones de carga y tomar decisiones unilaterales en la reasignación de slots en el aeropuerto capitalino. El secretario de Transporte estadounidense, Sean P. Duffy, lo dijo sin cortapisas: “Hasta que México deje los juegos y honre sus compromisos, seguiremos haciéndolo responsable”.
¿Qué está en riesgo? Estados Unidos aporta casi el 60% del turismo internacional hacia México. De acuerdo con cálculos del exsecretario de Turismo federal, Miguel Torruco Márquez, solo este freno podría traducirse en una pérdida superior a los 200 mil turistas estadounidenses durante la temporada invernal, una cifra que prefigura el impacto potencial durante el Mundial, donde se esperan más de 5.5 millones de visitantes. Es un golpe directo a la conectividad justo cuando se requiere la máxima capacidad aérea.
La crisis se agrava por el estado de la infraestructura aeroportuaria nacional. Mientras el AICM arrastra problemas de mantenimiento y operación que requieren una inversión de entre 8 mil y 8 mil 500 millones de pesos para su renovación, el AIFA sigue sin convencer como hub internacional. Las restricciones de Estados Unidos confirman que, para fines prácticos, se le mantiene en una categoría de segunda línea, por lo que se cancelarían rutas clave como las nueve que Viva Aerobus tenía planeadas desde Santa Lucía a destinos de EU. Sin una puerta de entrada eficiente y robusta, la CDMX no puede garantizar el flujo de los millones de visitantes proyectados.
Pero la conectividad aérea es solo el principio. Para las tres sedes mexicanas (CDMX, Guadalajara y Monterrey) se estima un gasto de 225 mil millones de pesos en infraestructura, estadios, movilidad, aeropuertos y servicios, recursos que no se sabe cómo va su avance.
Y es justo la CDMX la que enfrenta una mayor premura para cumplir con los estándares FIFA. Si bien el gobierno capitalino ha anunciado una inversión de más de 6 mil millones de pesos en infraestructura, movilidad, deporte y cultura, el enfoque ha sido tardío y limitado al perímetro del Estadio Azteca. A esto se suma que las restricciones a plataformas como Uber, DiDi o Cabify en los aeropuertos, así como la regulación impuesta a Airbnb y otras apps de hospedaje, complican aún más la movilidad y el alojamiento, justo cuando las zonas seguras ya registran sobreocupación para 2026.
Las obras prioritarias, como la remodelación del CETRAM Huipulco, el nuevo Trolebús de CU a Huipulco y la intervención del Circuito Azteca avanzan, pero especialistas del sector, como el Colegio de Ingenieros Civiles de México, han advertido que el ritmo es insuficiente y se corre el riesgo de entregar parches, no soluciones estructurales de movilidad.
Y también está el factor social. A las carencias operativas se suman la amenaza constante de las manifestaciones y protestas que buscan aprovechar la visibilidad del evento para plantear boicots, así como la persistente preocupación por la inseguridad y la gobernabilidad. La CDMX enfrenta presión internacional, tensión interna y una estructura urbana que no se ha modernizado al ritmo del reto.
La presidenta Claudia Sheinbaum dijo este martes que detrás de la decisión de Estados Unidos podría haber “intereses políticos” y defendió que “México no es piñata de nadie”. Sin embargo, en el plano técnico y diplomático, el país deberá demostrar con hechos que cumple los compromisos del acuerdo bilateral si quiere revertir la medida antes del verano. La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, junto con la Cancillería, prepara una respuesta, pero el margen de maniobra es acotado.
En abril pasado, Trump mencionó que las tensiones políticas entre Estadas Unidos y sus coanfitriones México y Canadá podrían impactar la experiencia del torneo. Y hace unos días declaró que podría pedir al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, trasladar partidos del Mundial si considera que una ciudad sede no es segura. Mencionó a ciudades de EU y no a México, pero sonó a advertencia. La visita de Infantino a la Ciudad de México el 28 de octubre, donde se reunió con la presidenta Claudia Sheinbaum, dio un espaldarazo a México, aunque faltan 224 días y el cóctel está servido. Ojalá que nada extraño suceda en estos próximos siete meses y que el Mundial se realice conforme a lo planeado.
Posdata 1
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, se encuentra en Gyeongju, Corea del Sur, para participar en la cumbre de Líderes de la APEC, foro que concentra a 21 economías de Asia y que, al agrupar a países como Estados Unidos, China, Japón y Corea del Sur, representa el 60% del PIB y la mitad del comercio mundial.
De todas las reuniones bilaterales que ha sostenido o sostendrá, la más relevante ocurrió anoche en el Hotel Sono. Por casi cuarenta minutos, a solas y sin equipos de trabajo, Ebrard conversó con el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer. La cita no estaba en la agenda oficial y se interpretó en el entorno diplomático como un gesto de confianza en medio de la tensión comercial.
El encuentro manda buenas señales, sobre todo porque ocurrió pocos días después de la llamada entre la presidenta Claudia Sheinbaum y Donald Trump, en la que se logró un nuevo aplazamiento para la imposición de aranceles a las exportaciones mexicanas. Ebrard y Greer acordaron acelerar un entendimiento comercial que despeje el camino antes de la revisión del TMEC prevista para 2026.
Ebrard también sostuvo reuniones con el secretario de Comercio, Howard Lutnick, y con los representantes de Nueva Zelanda, Singapur, Australia e Indonesia, además del secretario general de la OCDE. La presencia mexicana en la APEC busca enviar el mensaje de que pese a las políticas proteccionistas de EU y a la reconfiguración del comercio internacional, México no quedará fuera del bloque económico asiático-americano.
Posdata 2
El próximo 13 de noviembre, Andrés Manuel López Obrador cumplirá 72 años y lo celebrará en su finca de Palenque, Chiapas. No será un festejo cualquiera: más allá del ambiente familiar, con sus hijos José Ramón, Andy y Gonzalo, así como Jesús Ernesto y Beatriz Gutiérrez Müller, llegarán también invitados políticos, algunos de los que hoy forman parte del gabinete presidencial o despachan en el Congreso, atraídos por la sombra del poder que aún proyecta el expresidente. La finca se convertirá en el epicentro de un festín de comida tabasqueña y de reencuentro.
En esa finca, además de su familia lo suelen visitar Alejandro Esquer, Daniel Asaf, Juan Ferrer, Rafael Marín, César Yáñez, Octavio Romero, entre otros. Ahí, entre caminatas y pozol, se decide más de lo que parece. Detrás de él permanece “Laurita”, su asistente de toda la vida, guardiana de su agenda y confidente silenciosa. López Obrador ha conformado un pequeño equipo de ayudantes que lo asisten en la redacción de sus nuevos libros sobre historia y culturas prehispánicas, su proyecto personal de retiro intelectual.
Aun así, el expresidente no se ha desconectado del todo. Entre manuscritos y videos de las últimas Series Mundiales de béisbol, sigue recibiendo visitas y llamadas que trazan la ruta política de los próximos meses. Palenque sigue siendo el refugio del hombre que dice haberse retirado, pero que aún escribe, revisa y, sobre todo, decide.
Posdata 3
Sin hacer mucho ruido, el Banco México y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores lanzaron una consulta para modificar las disposiciones de carácter general aplicables a las redes de medios de disposición, donde plantea topes máximos de tasas de intercambio de 0.3% para débito y 0.6% para crédito.
El objetivo es “reducir costos” y expandir la aceptación de tarjetas en comercios, según el planteamiento original. Sin embargo, la Asociación de Bancos de México advirtió que esta maniobra podría convertirse en un control encubierto de precios que golpee tanto a la banca como a los comercios.
La preocupación es que al fijar márgenes máximos en la cadena de pagos, se abre el riesgo de que los costos trasladables, como mantenimiento de terminales, comisiones, infraestructura de seguridad, queden constreñidos, y que el equilibrio entre emisores, adquirentes y comercios se vea alterado. La banca acepta el objetivo de corresponsabilizarse con la bancarización, pero exige participar en el diseño de las reglas para que no haya efectos colaterales indeseados.
La clave estará en cómo se formule la regulación. Si el gobierno define índices rígidos sin margen de maniobra, o si se deja espacio para la innovación y el costo-real de operar el sistema. De ello depende que la digitalización de pagos se convierta en impulso productivo o en un freno de competitividad que termine repercutiendo al consumidor. Se viene un gran debate al respecto.


