En lo que va del año, el valor de capitalización del mercado Nasdaq en Nueva York ha descendido en 3 billones de dólares y la pérdida del valor del New York Stock Exchange es de 1.4 billones de dólares en el mismo periodo.
Si Trump pretendía revitalizar la economía de Estados Unidos, probablemente esté empezando a frustrarse.
Algunos cercanos comentan que los indicadores que él sigue con más detalle son los índices bursátiles. Más que el crecimiento económico o cualquier otra señal, es el comportamiento de los mercados bursátiles lo que más le interesa.
Esto recuerda un poco la obsesión de López Obrador con el tipo de cambio, indicador que consideraba como su principal señal de éxito económico.
Pues hay malas noticias para Trump.
En lo que va del año, el valor de capitalización del mercado Nasdaq en Nueva York ha descendido en 3 billones (trillions) de dólares. Asimismo, la pérdida del valor del New York Stock Exchange, medida por el índice S&P 500, es de 1.4 billones de dólares en el mismo periodo.
En resumen, solo estos dos grandes mercados bursátiles acumulan pérdidas por 4.4 billones de dólares durante este año.
Para dimensionar la magnitud de esta caída, hay que considerar que el PIB de México es de aproximadamente 1.8 billones de dólares. Esto significa que la pérdida acumulada en dos meses y medio equivale a 2.3 veces el valor total del PIB mexicano.
Aunque ayer no fue un día tan crítico como el lunes, persiste en general la percepción en el mercado de que enfrentaremos una situación económica muy compleja este año, especialmente si Trump decide imponer más aranceles.
Precisamente, dependerá de la extensión de la aplicación de aranceles, algunos de los cuales ya se aplican actualmente.
Ya están vigentes los aranceles para las importaciones provenientes de China, que se ubican un 20 por ciento por encima de la tasa arancelaria heredada del gobierno de Biden.
También está vigente el arancel del 25 por ciento para los productos provenientes de México y Canadá que no cumplan con los requisitos establecidos en el TMEC para exentarlos.
Según el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, solo el 10 por ciento de las exportaciones mexicanas hacia EU cae en esa categoría; sin embargo, algunos análisis basados en datos del Departamento de Comercio señalan que podría ser hasta el 50 por ciento.
En ciertos sectores se prefería no sujetarse a las disciplinas marcadas por el TMEC, especialmente en materia del contenido regional establecido en el Tratado. Si solo se pagaba el 2.7 por ciento correspondiente a la regla de “Nación Más Favorecida”, establecida por la OMC, el arancel era, en cierta medida, irrelevante.
Hoy las circunstancias han cambiado radicalmente, pues el arancel a pagar sería del 25 por ciento.
Además, salvo que haya ocurrido una sorpresa de última hora, desde hoy también comenzarán a aplicarse aranceles a las importaciones de acero y aluminio provenientes del resto del mundo.
Para diversas industrias como la automotriz, la construcción y la de electrodomésticos, el impacto en sus costos será inmediato, ya que serán los compradores estadounidenses de acero y aluminio quienes deberán pagar estos nuevos aranceles.
Este es el “periodo de transición” al que se ha referido Trump, o el “detox” mencionado por el secretario del Tesoro, Scott Bessent.
Las preocupaciones en los mercados bursátiles radican principalmente en la percepción de que el gobierno estadounidense está dispuesto a tolerar problemas económicos, asumiendo que estos serán transitorios y que conducirán a un mayor crecimiento en el futuro.
Esta es una idea que no convence del todo a muchos inversionistas.
La realidad de los próximos meses dirá quién tiene razón, pero por ahora los inversionistas permanecen cautelosos y con serias dudas sobre si Trump y su equipo realmente están tomando decisiones acertadas.