Con profunda tristeza, el municipio de Oluta despidió a José Luis Herrera Bustamante, expresidente municipal del periodo 1998-2000, quien falleció dejando un legado de humildad, servicio y cercanía con su gente.


Don Luis, como cariñosamente lo llamaban, fue un hombre del pueblo. Antes de incursionar en la política, era ampliamente conocido por su oficio de electricista en la calle Independencia, donde con su trato cálido y su tradicional saludo “¡Quiovo, joven!” se ganó el respeto y cariño de generaciones de olutecos.


Durante su administración bajo las siglas del Partido del Trabajo, Herrera Bustamante destacó por impulsar obras que mejoraron la infraestructura local, atender con sensibilidad las necesidades del municipio y mantenerse siempre cercano a la ciudadanía.


Fue un servidor público que entendió el valor de escuchar, dialogar y actuar con responsabilidad, sin perder nunca la sencillez que lo caracterizó.


Más allá del cargo, su vocación de servicio trascendió. Era conocido por su disposición a ayudar en los momentos más difíciles, especialmente en funerales, donde su presencia solidaria era constante. Por eso, muchos lo recordaban como “el señor de los mortorios”, figura de consuelo para familias dolidas.


La noticia de su fallecimiento se dio a conocer a través de redes sociales, donde decenas de ciudadanos, familiares, excolaboradores y amigos compartieron mensajes de gratitud y reconocimiento.


Su nombre revive no solo por las obras que dejó, sino por la empatía y humanidad que mostró a lo largo de su vida.


Descanse en paz, don Luis. Su legado vive en la memoria colectiva de Oluta que no lo olvida.