Por medio de distintas plataformas de internet, como Alibaba Group, un consorcio privado chino que cuenta con 18 subsidiarias con sede en la ciudad de Hangzhou, se puede comprar hasta una mini refinería.
Una vez que el usuario se da de alta en la página web, pide el producto en un catálogo en línea; por ejemplo, una mini refinería de petróleo con columna de destilación se ofrece en un precio de entre 40 mil a 80 mil dólares.
Mientras que una mini refinería a pequeña escala se promociona en dos mil 500 dólares; una refinería de petróleo crudo a pequeña escala, de 20 mil a 80 mil dólares, mientras que una planta de mayor tamaño tiene precios de entre 80 a 700 mil dólares, entre otras instalaciones.
El pasado miércoles 18 de junio, autoridades federales aseguraron en Coatzacoalcos, Veracruz, una planta usada como refinería clandestina, con equipo para separar combustibles, además de tanques para su traslado, todo esto sin cumplir las normas de seguridad para el manejo de estas sustancias ni tampoco contar con los permisos correspondientes.
Expertos de seguridad que prefirieron mantenerse en el anonimato, refirieron al medio El Universal que no está prohibido comprar la infraestructura de una mini refinería.
“Si tienes, por ejemplo, 40 mil dólares la pagas, la mandan por barco desarmada, tarda en llegar entre mes y medio a cuatro meses, obviamente en aduanas ven los tubos, llega al domicilio con liberación aduanal… Ya si la pueden montar es problema del comprador y no se cae en ningún delito.
Lo que está regulado para importar desde China a México son armas de fuego, explosivos, medicinas, drogas, pero este tipo de maquinaria no está prohibido“, señalaron los expertos.
Las fuentes consultadas expusieron que hay sitios web de empresas que asesoran para echar a andar este tipo de plantas, aunado a que existen huecos legales sobre el tema.
No obstante, hay países donde no hay restricciones para la adquisición y operación de este tipo de mini refinerías.
El doctor Gabriel Vera, investigador en Ciencias Químicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mencionó que es relativamente sencillo adquirir las plantas de refinación que se venden en sitios como Alibaba.com y otras plataformas.
“Mucho depende de la capacidad de producción que quieran, pero una minirrefinería básica se encuentra en 2 mil 500 dólares y una más grande, entre 40 mil y 80 mil dólares”, exponea. El investigador precisa que para la instalación se necesitan ingenieros en petroquímica, “así como comprar la planta y uno sólo ponerse a operar, porque (..) leer el manual es imposible”.
Sobre cuánto tiempo demanda el montaje de una mini refinería, ya que muchas plantas en el mercado vienen premontadas. “Me atrevería a decir que en una semana [tardas], a lo mucho, para dejarla operando; no sólo es montar, también correr las pruebas, verificar presión, tuberías, entonces una semana, obviamente en caso de ser gente sin conocimiento pueden tardar meses. Considero que hay personas capacitadas para montar, por eso se tardan relativamente poco”, destacó el químico.
Respecto a la legalidad, el director de la firma Nzaya, Carlos Hernández, afirma que, si bien no es ilegal adquirirlas, ya que son maquinarias industriales, si hay una falta análisis de inteligencia para identificar quiénes las compran y con qué finalidad.
“No estamos entendiendo que las células delictivas hacen uso de la innovación, globalización, y es un paso adelante para ellos porque se aprovechan de la tecnología, como la minirrefinería; quiere decir que la tecnología es eficiente en reducir el tamaño de productos que pueden procesar diferentes cosas, en este caso la refinería”, explica.
El consultor en inteligencia estratégica agrega que la delincuencia está atenta a esas innovaciones y cuenta con la capacidad económica para adquirirlas.
“No estamos analizando de manera proactiva este tipo de usos, por ejemplo: llega una minirrefinería importada; se requiere saber quién la está comprando, debería ser una empresa, ¿cuál es la razón social?, ¿cuál es la situación fiscal?, ¿cuál es el objetivo de esa empresa?, o ¿dónde se ubica?”, destaca.
Sostiene que una vez que el producto ingresa a México, le corresponde la vigilancia a Aduanas y al Servicio de Administración Tributaria (SAT), que son organismos desconcentrados de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), por lo que tendrían que dar a conocer a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) el ingreso de aparatos de este tipo.
“En un mundo legal, la maquinaría tendría que ser adquirida por una empresa, porque está haciendo una actividad comercial, y debe tener un RFC, acta constitutiva, un historial… o puede ser un emprendimiento, donde deben dar a conocer su razón social y su ubicación, principalmente porque tenemos la práctica del huachicoleo”.