Sergio Castro es uno de esos vendedores que se ha ganado el corazón de muchos en Coatzacoalcos, gracias a su dedicación a la venta de globos decorados, un negocio que florece especialmente en julio y diciembre, cuando las celebraciones están a la orden del día.


Aunque en los últimos años los globos han enfrentado dura competencia con los arreglos florales y los sobres de dinero en efectivo, Sergio no baja la guardia. Reconoce que las ventas no son tan altas como antes, pero aún conservan su encanto.


“Anteriormente se vendía más, porque eran más accesibles, pero ha estado bajando mucho la venta, porque ya hay otras cosas como flores, que han estado aumentando y esto lo han ido dejando un poco, pero aún así, sí se venden”, comenta.


Los preferidos del público son los llamados “globos burbuja”, esos que parecen flotar dentro de una esfera transparente decorada con vinilos o pintura.


“El que buscan más, es el globo burbuja, el globo transparente, con globo adentro, con estampas, algunos vienen pintados por dentro, es el que más buscan, andan en 100 o 150 pesos, dependiendo cómo venga el arreglo”, explica Sergio mientras acomoda uno de sus diseños.

Más venta en clausuras escolares


El pico más alto de ventas lo alcanza durante las clausuras escolares, cuando padres, madres y abuelos buscan sorprender a sus hijos o nietos con un detalle especial.


“Las ventas se mantienen, no han estado aumentando, pero tampoco han estado bajando mucho, se ha mantenido un poco; son en la época de clausuras y en diciembre, cuando se vende el globo, por las fiestas”, señaló.


La ubicación habitual de Sergio es a la altura de las escolleras, donde su pequeño puesto se convierte en un rincón de colores y sonrisas. Sin embargo, también ofrece entregas a domicilio o directamente en escuelas, una solución ideal para quienes olvidan comprar el regalo a tiempo.


“Normalmente estamos en las escolleras, pero luego vamos a una que otra escuela que nos piden ya por entrega, llevamos extras, hay algunos padres despistados que se les olvida el regalo y ahí nos vienen a comprar”, cuenta divertido.


Más allá de los ingresos que le genera, para Sergio vender globos es una forma de estar presente en los momentos importantes de otras personas. Cada globo que entrega lleva consigo un poco de alegría, ilusión y reconocimiento a quienes cierran un ciclo escolar con esfuerzo y dedicación.


Así, entre cintas, helio y decoraciones, Sergio sigue inflando no solo globos, sino sonrisas. Con cada venta, este joven emprendedor demuestra que, pese a las modas cambiantes, siempre habrá espacio para un gesto colorido que celebre los logros de la vida.