La presencia de grupos de migrantes caminando a la orilla de la carretera interestatal ha desaparecido en los últimos días, luego del retiro del retén del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional el pasado fin de semana.
El desmantelamiento del punto de revisión ha generado un cambio en las dinámicas de tránsito migratorio en la zona. Aunque ya no se observan grupos de hombres, mujeres y niños desplazándose a pie, se especula que ahora recurren al uso de vehículos particulares o autobuses de pasajeros para continuar su camino hacia el norte del país, sin el temor de ser detenidos, al menos hasta llegar a Coatzacoalcos.
Desde allí, buscan rutas alternas que les permitan evitar retenes más estrictos, como el de Acayucan y otros puntos migratorios estratégicos en la región.
ES UN ALIVIO
Conductores locales han señalado que la ausencia de los migrantes caminantes representa un alivio, ya que su tránsito por la orilla de la carretera representaba un riesgo constante de accidentes, especialmente cuando avanzaban en grupos grandes y en zonas con poca visibilidad. “Había momentos en que caminaban muy cerca del carril de circulación, lo que podía provocar una tragedia”, comentó un transportista.
Sin embargo, organizaciones civiles advierten que, aunque el riesgo de accidentes ha disminuido en las carreteras, los migrantes podrían estar enfrentando ahora mayores peligros al utilizar rutas clandestinas o depender de transportes irregulares, exponiéndose a situaciones de extorsión o trata.
Mientras tanto, autoridades migratorias aún no han informado si se reactivarán los puntos de control en esta zona. La desaparición visible de los migrantes en las carreteras no significa el fin de su paso por la región, sino un cambio en su forma de transitar, posiblemente más riesgoso y menos evidente.