Sheinbaum bajo presión: Ajustes forzados en seguridad y comercio
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha puesto a Claudia Sheinbaum en una posición delicada. La relación entre ambos países atraviesa una fase de reajuste, donde la nueva administración mexicana ha tenido que corregir decisiones heredadas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para evitar sanciones comerciales y políticas más agresivas de Washington.
Las exigencias de Trump en materia de migración, comercio y seguridad ya están teniendo un impacto directo en la política interna de México. Lo que antes fue desoído por AMLO bajo el argumento de la soberanía nacional, ahora es prioridad para Sheinbaum, quien ha dado señales claras de que está dispuesta a modificar la estrategia.
Las facturas pendientes de AMLO con Trump
Durante su primer mandato, Trump presionó a AMLO para que México asumiera el rol de muro migratorio, con medidas como el programa “Permanecer en México” y el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera sur. Ahora, con Trump de vuelta en la Casa Blanca, la administración de Sheinbaum enfrenta una serie de exigencias acumuladas que el expresidente mexicano dejó sin resolver.
Entre las principales presiones que Trump impone sobre México destacan:
- Comercio y T-MEC – Se acusa a México de incumplir cláusulas del acuerdo comercial, especialmente en materia energética y en la importación de maíz transgénico. También hay cuestionamientos sobre la presencia de inversiones chinas que podrían estar usando México como trampolín para acceder al mercado estadounidense.
- Guerra contra el narcotráfico – AMLO eliminó la cooperación con agencias estadounidenses, reduciendo la presencia de la DEA en territorio mexicano. Trump exige revertir esta política y atacar frontalmente a los cárteles de droga.
- Migración – Estados Unidos demanda que México continúe conteniendo la llegada de migrantes centroamericanos y acepte la deportación masiva de connacionales sin restricciones.
- Estado de derecho y democracia – El equipo de Trump, en especial figuras como Marco Rubio, considera que el debilitamiento de las instituciones democráticas en México podría afectar la confianza en el país como socio comercial clave.
La estrategia de AMLO de jugar con los tiempos y las necesidades de la administración Biden ya no es viable. Trump ha dejado claro que espera resultados inmediatos.
Sheinbaum ajusta la estrategia: Medidas clave
Desde el triunfo de Trump, Sheinbaum ha comenzado a tomar decisiones que marcan una ruptura con la política de indulgencia de AMLO. Entre los cambios más notorios están:
- Reactivación de la cooperación antinarco con EE. UU. – México ha permitido nuevamente la intervención de agencias estadounidenses en investigaciones sobre cárteles, después de que AMLO redujera su acceso.
- Mayor control a la inversión china – Se han endurecido las revisiones a empresas chinas que operan en México para evitar represalias comerciales de EE. UU.
- Aceptación de deportaciones masivas – El gobierno de Sheinbaum ha mostrado disposición a recibir un mayor número de migrantes repatriados.
- Endurecimiento en comercio y energía – Se han iniciado negociaciones para evitar disputas comerciales con Washington sobre el sector energético y el maíz transgénico.
Estos movimientos han sido interpretados como un intento de Sheinbaum por evitar sanciones arancelarias y mantener estabilidad en la relación bilateral.
El fin del juego de AMLO y el inicio de la era Trump-Sheinbaum
El gobierno de Sheinbaum enfrenta un escenario completamente distinto al que tuvo López Obrador. Mientras que AMLO supo jugar con la diplomacia para obtener concesiones de Estados Unidos sin hacer grandes cambios internos, Sheinbaum no tiene ese margen de maniobra.
La nueva administración en Washington busca dejar claro que su relación con México será más exigente. Trump no solo pretende reafirmar su control en la frontera sur, sino que también busca proyectar una imagen de mano dura ante sus votantes.
Para Sheinbaum, esto significa caminar bajo fuego cruzado: por un lado, la presión de Trump para hacer cambios inmediatos; por el otro, la sombra de AMLO y la lealtad de sectores que aún siguen su línea política.
El margen de error es mínimo.
Un México en transición
Los cambios que Sheinbaum ha comenzado a implementar reflejan una estrategia de pragmatismo político. Aunque muchos de estos ajustes responden a presiones externas, también pueden representar una oportunidad para fortalecer la gobernabilidad interna.
El reto será mantener el equilibrio entre la exigencia de Estados Unidos y la estabilidad política dentro de México. Lo que antes podía posponerse, ahora es urgente.