Con su decisión de imponer a México y Canadá un arancel de 25 por ciento al acero, aluminio y automóviles, de amenazar con sanciones por fentanilo y migración y de reinventar las reglas comerciales, Donald Trump empezó a desmantelar de facto el T-MEC un año antes de su revisión, en lo que podría detonar un ‘desacoplamiento’ de sus dos socios y socavar la competitividad de América del Norte, coincidieron expertos estadunidenses.

Aunque la relación comercial EU-México registró el año pasado un comercio bilateral de 840 mil millones de dólares y la de EU-Canadá 720 mil millones, especialistas en comercio alertan que está en riesgo la continuidad de la integración norteamericana que ha permitido a los tres socios triplicar el comercio desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994.

“El enfoque del presidente Trump hacia sus vecinos amenaza con deshacer esa historia de comercio, integración y confianza, además de dañar las economías de las tres naciones”, advierte Christopher Hernández-Roy subdirector del Programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).

​En su opinión, las amenazas de Trump contra Canadá y México, junto con sus comentarios sobre convertir a Canadá en el estado número 51, han generado confusión e incertidumbre, detenido decisiones de inversión, creado desconfianza entre antiguos aliados y puesto en duda la viabilidad misma del proyecto norteamericano.

 “Aunque la geografía, los lazos comerciales existentes y las necesidades de consumo de Estados Unidos garantizarán la continuidad del comercio regional, es posible que Canadá y México inicien un proceso de desacoplamiento”.

Un análisis del Instituto Cato confirma que una parte significativa de las importaciones canadienses y mexicanas no ingresan a Estados Unidos bajo el T-MEC y, por lo tanto, siguen sujetas a los nuevos aranceles del 25 por ciento (o, en el caso de la energía y la potasa canadienses, del 10 por ciento) de Trump. 

Y aun cuando el T-MEC establece en cero casi todas las tasas arancelarias estadunidenses sobre las importaciones canadienses y mexicanas, más de la mitad ingresan sin que los importadores soliciten un trato preferencial bajo el T-MEC.

En cambio, esos productos ingresan sujetos al arancel estándar estadunidense de nación más favorecida (NMF), que para muchos artículos es cero, sostiene el análisis. 

“Si los importadores no logran demostrar su “cumplimiento” en este caso, casi el 40 por ciento de las importaciones estadunidenses procedentes de Canadá y México en 2024, valoradas en 363 700 millones de dólares y que representan una gran parte de las importaciones totales estadunidenses de ciertos productos, simplemente no podrían cumplir con la nueva exclusión arancelaria de Trump tal como está redactada actualmente”, precisa.

Para el ex representante Comercial Adjunto de la Casa Blanca, A.C. Mahoney, hasta antes de la guerra arancelaria de Trump, la pregunta clave era si el T-MEC se extendería cuando se renueve en su sexto aniversario en julio de 2026

Pero “tras el histórico regreso del presidente Donald Trump a la Casa Blanca y su reciente decisión de imponer aranceles del 25 por ciento a la mayoría de las importaciones de Canadá y México, la pregunta ahora es si el acuerdo sobrevivirá a 2025”, indicó.

Mahoney hizo notar que, además de la asignatura de los aranceles, subsiste el habitual abanico de irritantes comerciales como los tomates y la leche, y a las nuevas quejas derivadas del propio T-MEC, como la interpretación de las partes de las reglas de origen automotrices y la implementación por parte de México de su ley de reforma laboral de 2019.

PIIE presenta escenarios: ¿cuáles serían?

Ante esta situación, el Instituto Petersen de Economía Internacional (PIIE) diseñó escenarios potenciales dependiendo de la posibilidad de que los socios alcancen, o no, no acuerdo que conjure la amenaza de los aranceles de Trump. 

En un primer escenario Estados Unidos podría retirarse del T-MEC e imponer definitivamente el arancel del 25 por ciento a México y Canadá, si fracasan las negociaciones sobre drogas e inmigración.

En segundo lugar, Trump podría insistir en incluir algún tipo de disposición sobre la balanza comercial bilateral en la revisión del T-MEC. 

En un tercer escenario, Trump podría insistir en aumentar el arancel de nación más favorecida (NMF) estadounidense sobre los automóviles, actualmente del 2.5 por ciento. Si el arancel NMF se incrementa, esto podría incentivar a las empresas automotrices con plantas en México y Canadá a cumplir con las reglas de origen del T-MEC, indicaron.

HCM