El punto de inspección fitosanitaria conocido como el “Paralelo 18”, ubicado sobre la carretera Villahermosa–Coatzacoalcos, a escasos metros del entronque con Agua Dulce, se encuentra saturado de unidades tipo “panzonas” que transportan ganado en pie.
Al menos una docena de estos vehículos permanecen varados a la espera de ser inspeccionados, generando una peligrosa acumulación a la orilla de la carretera federal.
La situación no solo representa un riesgo para los conductores que transitan por esta vía —dado que algunas unidades se incorporan o se estacionan sin precaución—, sino que también implica un severo problema de maltrato animal, ya que el ganado permanece bajo altas temperaturas, sin agua ni alimento, sometido a un alto nivel de estrés.
CUELLO DE BOTELLA
Este escenario no es nuevo. Transportistas y ganaderos ya habían denunciado anteriormente las deficiencias operativas del punto de inspección, señalando la falta de infraestructura, personal insuficiente y la lentitud en los procesos como causas del cuello de botella que se forma prácticamente a diario.
Las inspecciones tienen como objetivo detectar y contener la presencia del gusano barrenador, una plaga letal para el ganado que ha sido prioridad en la sanidad animal del país. Sin embargo, los protocolos actuales no están siendo aplicados con eficiencia ni humanidad.
Mientras tanto, la fila de tráileres sigue creciendo y la escena se repite diariamente, ganado jadeando, unidades obstruyendo la carretera y una logística que, lejos de resolverse, parece estancada.